
Hay días de invierno en que uno no busca descubrir nada nuevo, sino reencontrarse con lo esencial. Con el sabor de siempre, con la comida que reconforta. Así fue nuestra visita a la Fuente Chilena en su sucursal de Pedro de Valdivia, una de esas sandwicherías donde el frío se queda afuera y los sabores abrigan desde el primer bocado.
Partimos con un consomé que cumple su promesa desde el aroma: humeante, profundo, con pollito desmenuzado (¡de verdad!), vegetales frescos y el toque perfecto de un huevo pochado en su punto. No es solo una entrada: es una bienvenida cálida y familiar, como la de una casa bien atendida.
De ahí en adelante, llegaron los fondos. El churrasco filete cabrón al plato nos sorprendió por su sencillez bien ejecutada: carne blanda y sabrosa, cubierta de hojas verdes y un toque de pesto. Un plato sin pretensiones, pero con carácter, que confirma que lo bien hecho no necesita adornos.
A su lado, el arrollado de huaso completo, con tomate, chucrut, salsa verde y una generosa porción de palta, fue puro cariño en formato criollo, marcando una celebración a lo chileno, a la mesa abundante y al sabor casero de verdad.
¿Y el final? Dulce, por supuesto. El flan casero con manjar tibio de la Fuente Chilena se siente como un guiño a las sobremesas de la infancia. Su textura suave, la base de caramelo y el toque de canela son simples, sí, pero inolvidables. Además, junto con un café, es la mezcla ideal.
Por último, todo lo acompañamos con una célebre Kross 5, cerveza robusta y consistente, que marida a la perfección con los sabores intensos del invierno.
Si buscabas un lugar para comer bien en esta temporada, sin vueltas ni complicaciones, la Fuente Chilena es una parada obligada. Porque a veces, lo más simple es también lo más sabroso. Y en estos días fríos, nada mejor que sabores que abrigan.
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